Isla de Saint-Louis

La Île Saint-Louis es, junto con la Île de la Cité, una de las dos islas naturales del río Sena en París. Su nombre se remonta a 1725 y proviene del rey Luis IX, hijo de Luis VIII y conocido como San Luis. La leyenda cuenta que el rey solía aislarse y venir a rezar en la isla llamada "Île aux Vaches", que se encontraba en la parte oriental de la isla actual.

Una pequeña joya arquitectónica

Como barrio histórico y residencial, la isla tiene la particularidad de albergar numerosas mansiones con fachadas impresionantes que se asoman al Sena. Antiguamente conocida como la "Isla de los Palacios" precisamente debido a la cantidad de estas magníficas mansiones, encanta por su homogeneidad arquitectónica, gracias a los numerosos proyectos de desarrollo urbano llevados a cabo durante el reinado de Luis XIII en la primera mitad del siglo XVII. Para admirar estas joyas arquitectónicas, lo más sencillo es pasear por la Rue Saint-Louis-en-l'Ile, que atraviesa la pequeña isla en su centro, así como por el Quai de Béthune, que se encuentra frente a la orilla izquierda. Recomendamos detenerse en dos mansiones imperdibles, con fachadas meticulosamente elaboradas: el Hôtel Chenizot (ubicado en el número 53 de la Rue Saint-Louis-en-l'Ile) y el Hôtel Lefebvre de la Malmaison (en el número 22 del Quai de Béthune), donde Baudelaire vivió entre 1842 y 1843.

Conectada al resto de París por seis puentes, la Île Saint-Louis sigue siendo un lugar muy tranquilo, protegido del ruido y el bullicio de la ciudad circundante. Detrás de los intercomunicadores anónimos y las cortinas de telas preciosas que adornan las ventanas de los edificios, residen personalidades políticas y mediáticas. Muy codiciado, el barrio incluso albergó al presidente Georges Pompidou (en el número 24 de la Rue de Béthune).

La isla para los amantes de la gastronomía

Recorriendo la isla de extremo a extremo, la Rue Saint-Louis-en-l'Île está bordeada de encantadoras tiendas con atractivos escaparates y tentadoras vitrinas. Los más golosos también encontrarán muy buenos restaurantes que suelen servir deliciosos platos franceses típicos, así como una agradable casa de té donde relajarse.

Para pequeños tentempiés o golosinas exquisitas, los famosos helados, sorbetes o pasteles congelados de Maison Berthillon deleitarán tu paladar. Resguardada en una encantadora casa de té en el número 29-31 de la Rue Saint-Louis-en-l'Ile, Maison Berthillon también sirve desayunos, repostería y postres caseros, ¡representando la artesanía francesa desde 1954! Si la tienda principal está cerrada, aún puedes satisfacer tus antojos en Flore en l'Ile, otra auténtica heladería que también funciona como casa de té y restaurante. En un ambiente de estilo veneciano, podrás disfrutar de helados y pasteles (¡incluyendo el famoso milhojas...) de Maison Berthillon. Un gran plus para esta encantadora casa de té: ubicada frente al puente Saint-Louis, su terraza disfruta de sol durante todo el día y ofrece una vista notable de la Catedral de Notre-Dame.