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San Pablo

A pesar del cierre gradual de las pequeñas tiendas reemplazadas por galerías de diseño, el barrio de Saint-Paul aún guarda algunas joyas ocultas, siempre y cuando se busque en los lugares adecuados y se abran las puertas de las tiendas correctas, a veces escondidas en los patios traseros.

Un importante centro cultural

Ubicado cerca del codiciado distrito de Le Marais, el pueblo de Saint-Paul está impregnado de historia y cultura. El barrio alberga magníficos museos, mansiones del siglo XVI y XVII, y grandes edificios que son fabulosos testigos de la historia de Francia. Entre estos monumentos, destaca la recientemente renovada Iglesia de Saint-Paul-Saint-Louis, que brilla con su estilo barroco. Construida por los jesuitas con ayuda financiera de Luis XIII y el cardenal Richelieu, fue este último quien colocó la primera piedra en 1634. La construcción se completó solo siete años después. Cargada de historia, esta iglesia guarda entre sus paredes la memoria de la realeza, la Revolución y el Concordato.

Otra huella histórica es la antigua Plaza Real de París. Ubicada al norte del pueblo de Saint-Paul y rebautizada como Place des Vosges en 1800, es la plaza más antigua de París, justo antes de la Place Dauphine. Bordeada a lo largo de todo su perímetro por altos edificios de ladrillos rojos y tejados de pizarra azul, la Place des Vosges es conocida en todo el mundo por ser el lugar de residencia de varias personalidades influyentes del ámbito político, artístico y mediático. Victor Hugo, en particular, vivió allí.

Por último, no muy lejos del pueblo de Saint-Paul, un largo muro adornado con torres intriga a los paseantes: son los últimos vestigios de la muralla de Felipe Augusto que data de los siglos XI y XII, cuando París aún estaba completamente rodeada por una muralla de protección contra los invasores.

Un pueblo dentro de la ciudad

Ubicado entre la Rue Saint-Antoine y el río Sena, el Village Saint-Paul alberga actualmente más de 80 boutiques de diseñadores, tiendas de antigüedades y galerías de arte, cuyas puertas se pueden abrir todos los días, incluidos los domingos. Algunas tiendas están más escondidas que otras, y tendrás que entrar en los pequeños patios empedrados del pueblo para descubrirlas. Este es el lugar ideal para una experiencia de compras original y de alta calidad, especialmente en lo que respecta a artículos para el hogar: muebles, iluminación, obras de arte, decoraciones... ¡Hay algo para todos los gustos! Para aquellos que prefieren los mercados de pulgas a las tiendas, también es en estas calles donde muchos paseantes que buscan objetos antiguos se pierden.

Con el tiempo, el Village Saint-Paul ha logrado mantener una atmósfera tranquila y auténtica, lo que lo convierte en un lugar encantador para pasear. Alrededor del patio empedrado, pintores, carpinteros y otros artesanos trabajan o exhiben sus obras al aire libre. Ya sea en las tiendas o en los mercados de pulgas, no dudes en negociar los precios y entablar conversaciones con los expositores, quienes siempre estarán encantados de compartir su pasión y tesoros con los curiosos.

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París ofrece a sus visitantes diversas facetas, de acuerdo al lugar visitado y del momento del día. Por lo que hay varias maneras de contemplar y amarla.