Historia del Crazy Horse Historia del Crazy Horse

Historia del Crazy Horse

Templo de la feminidad mitificada y las calientes noches parisinas, el Crazy Horse se ha convertido con el paso de los años en uno de los lugares imprescindibles de la capital, a solo unos pasos de los Champs-Elysées. A más de cincuenta años de su creación, el cabaret se reinventa constantemente en el inagotable tema de la sensualidad femenina... Esta es la historia de un cabaret como ningún otro.
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Creación y Regeneración de una Escena Mítica

El 19 de mayo de 1951, Alain Bernardin, un visionario y ferviente admirador del género femenino, fundó el Crazy Horse, un cabaret en París donde la creación y sublimación del cuerpo femenino toman protagonismo en el escenario. Las provocadoras striptease se suceden bajo las vibrantes luces del Crazy Horse, cautivando los corazones del público durante cada espectáculo. Los cuadros eróticos se entrelazan con actos tradicionales de cabaret, que presentan una diversa variedad de artistas, magos, ventrílocuos y cantantes que toman el escenario mientras las chicas se preparan para el siguiente acto. Según la tradición, estos artistas son siempre hombres, los únicos poseedores del derecho de estar en el escenario. Es aquí donde un cierto Charles Aznavour se ganó sus galones como cantante.

La década de 1960 fue testigo de la emancipación de las mujeres y el cambio de normas sociales. La revolución sexual estaba en pleno apogeo y el Crazy Horse, influenciado por estos cambios culturales, abrazó los nuevos códigos sociales para infundir a su espectáculo un impulso fresco y moderno. Cada actuación se convirtió en un meticulosamente diseñado cuadro, concebido en torno a la coreografía, la atmósfera, la decoración y una singular combinación de luces. Así comenzó a tomar forma la leyenda del Crazy Horse...

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Después de la desaparición de Alain Bernardin, sus hijos, Sophie, Pascal y Didier Bernardin, toman las riendas del cabaret. En 2001, en su 50º aniversario, Crazy Horse cruza por primera vez las fronteras de Francia, ¡rumbo a Las Vegas! El éxito triunfal del cabaret al otro lado del Atlántico corona sus logros. Sin embargo, en 2005, la familia Bernardin decide vender Crazy Horse debido a su deseo de cambio. Un nuevo equipo toma el control del cabaret, con Andrée Deissenberg al frente. La nueva Directora General tiene como objetivo preservar todo lo que contribuyó a la leyenda de Crazy, al mismo tiempo que coloca la creatividad en el centro de los proyectos artísticos. Según Andrée Deissenberg, "no se trataba de revolucionar Crazy, sino de hacerlo evolucionar, despertarlo y hacer que brille nuevamente".

¿Qué mejor manera de hacer evolucionar Crazy Horse que invitar a famosas mujeres con un talento y arte de la flexión inigualables a sus espectáculos? En octubre de 2006, la seductora Dita Von Teese, una diva internacional del striptease e icono de encanto, se presenta en el escenario del cabaret, presentando por primera vez en público un acto extraordinariamente sensual. Después de ella, se suceden los espectáculos con estrellas invitadas: Arielle Dombasle, Pamela Anderson, Clotilde Courau, Carmen Electra, Noémie Lenoir y muchas otras encienden el escenario de Crazy Horse. Impulsado por esta renovación constante, el público siempre está presente, ansioso de más.

El equipo ambicioso y dedicado del cabaret siempre quiere más. En 2008, Philippe Decouflé, talentoso coreógrafo y bailarín, es llamado para ampliar el repertorio de la casa. Su colaboración da como resultado un espectáculo moderno que respeta siempre los códigos de Crazy Horse: "Désirs". En marzo de 2012, después de dar la bienvenida a numerosas "Criaturas Invitadas" en su mítica escena, Crazy Horse abre sus puertas al primer "Creador Invitado" en su historia, y nada menos que el renombrado creador de tacones con suela roja, Christian Louboutin. Él imagina cuatro nuevos cuadros inspirados en diversos universos como el hip-hop y las pinturas maestras.

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Los Cánones del Crazy Horse

Para conquistar los corazones de los espectadores, una mujer "Crazy" debe encarnar el canon de belleza en toda su esplendor. Estas divinas criaturas miden entre 1,68 y 1,72 metros de altura, balanceándose sobre piernas que representan dos tercios de la longitud de sus torsos, presumiendo un pecho orgulloso (¡y natural!) con 21 cm entre los dos picos, y un ombligo situado a 13 cm del pubis. Entre las "Reglas de Oro" para aspirar al estatus de "Crazy lady", también se debe poseer una excelente formación en danza clásica, estar dotada de talento actoral, sofisticación y, sobre todo, tener una fuerte personalidad. Luego, las bailarinas visten un icónico traje, una verdadera firma del cabaret: una peluca morena o rubia al estilo bob, cuyo flequillo irradia determinación y un atractivo aire angelical-demoníaco, realzando sus rostros impecables. Sus labios están adornados con un apasionado lápiz labial rojo, y sus pies se deslizan con gracia en tacones vertiginosos que parecen tocar el cielo.
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Un mundo aparte

El Crazy Horse es una burbuja, un "mundo aparte" protegido desde el exterior por dos guardias, una escalera descendente y luego dos puertas batientes tras las cuales la suave y mullida alfombra roja amortigua los pasos de los visitantes sumergidos en una cálida luz. Las mujeres notarán los originales baños dobles en una misma cabina.

Los camareros reciben y acomodan a los espectadores en este capullo. Es hora de abrir el apetito. Las copas de champán danzan entre las mesas. Y de repente, la sala se sumerge en una oscuridad total... ¡Que comience el espectáculo!


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