Pasajes cubiertos en París
Muy apreciados por los turistas y, sin embargo, algo descuidados por los parisinos que prefieren los centros comerciales modernos, los pasajes cubiertos son, sin embargo, uno de los testigos más formidables de la Historia de París.
Los pasajes cubiertos atraen a los ricos parisinos a principios del siglo XIX... El encanto típico de estas calles comerciales privadas pero, sin embargo, abiertas al público sumerge al comprador y al turista en el corazón de la época de Victor Hugo, Gustave Flaubert y otros grandes personajes de la Historia de Francia. Albergando comercios y viviendas, una gran parte de los pasajes cubiertos se encuentra en la orilla derecha, cerca de los Grands Boulevards. A principios del siglo XIX, estas calles cubiertas servían principalmente para atraer a la rica clientela de la ciudad que disfrutaba pasear durante horas entre las tiendas comerciales mientras permanecía protegida de las inclemencias del tiempo, de la agitación y de la suciedad de la ciudad. Con sus decoraciones rococó y sus boutiques de lujo, las galerías eran muy apreciadas por la clientela parisina más adinerada que allí encontraba las tiendas más lujosas, los restaurantes más tentadores, las galerías de arte más codiciadas y los salones de té más refinados.
Los imprescindibles en París
"...pero no resistirán el auge de los grandes almacenes. La mayoría de las galerías y pasajes cubiertos de París se construyeron en la época de la restauración, entre 1800 y 1850. Construidas entre los edificios y coronadas con amplios tragaluces que dejan entrar la luz del día, las galerías ofrecen a los transeúntes un rostro completamente diferente una vez caída la noche, cuando los escaparates de las típicas tiendas a la francesa permanecen iluminados por las luces amarillas atenuadas de los gasómetros de la época, de los luminarios de hoy en día.
En 1850, la capital está repleta de pasajes y galerías – se cuentan hasta 150 en esa época - cuyo éxito se exportará ampliamente al extranjero a finales de siglo. Pero las amplias avenidas al aire libre del barón Haussmann, así como la rápida popularidad de los grandes almacenes que las bordean, sonarán el ocaso de los pasajes cubiertos que serán en gran parte destruidos. Hoy en día solo quedan veinticinco."