Gastronomía parisina

No es ningún secreto que Francia tiene serias fortalezas cuando se trata de gastronomía y el arte de la mesa. Desde deliciosos platos caseros cocinados con amor junto al fuego por nuestros antepasados, hasta icónicas recetas de bistró y las cocinas de los mejores chefs, la cocina francesa ha adquirido una reputación notable más allá de las fronteras del Hexágono. Come to Paris te lleva en un pequeño recorrido por la cocina francesa, solo para abrirte el apetito y despertar la curiosidad de tus papilas gustativas.

Ya sea platos cuidadosamente cocinados por nuestras madres, comer fuera en un restaurante o cocinar con amigos, la hora de la comida sigue siendo un momento especial de privilegio y compartir para los franceses.

En el desayuno, los franceses toman café, té, chocolate caliente o jugo de frutas. Por lo general, acompañan su bebida con rebanadas de pan untadas con mantequilla, un croissant o una brioche con diversas mermeladas de cereales.

En el almuerzo, una comida típica consiste en una entrada (verduras crudas o embutidos), un plato principal caliente, queso (camembert, brie de Meaux, queso de cabra...) y/o postre (generalmente una fruta o un pastelito pequeño). Cuando están en el trabajo, la mayoría de los franceses comen en la cafetería de autoservicio de su empresa o se llevan una ensalada, un sándwich sencillo o un plato caliente para llevar.

Durante la merienda, a los niños les gusta picar un pain au chocolat (o un bollo relleno de chocolate, conocido como chocolatine en algunas regiones del país), rebanadas de pan untadas con mermelada o crema de untar, un trozo de chocolate o galletas con jugo de frutas.

Los franceses cenan alrededor de las 8 p.m. mientras ven las noticias de la noche. Tradicionalmente, toman sopa en invierno (una costumbre aún muy extendida en áreas rurales con una variedad de recetas de sopas) o una pequeña entrada en verano, seguida de un plato principal, un trozo pequeño de queso y, si todavía hay espacio, una fruta o un yogur.

Delicias culinarias en abundancia
Es imposible explorar completamente las especialidades culinarias y los deliciosos platos preparados que abundan en las diferentes regiones del país. Ya sea a base de carne de res, cerdo, ternera, conejo o aves de corral, saca tus cazuelas de hierro fundido más grandes y tus terrinas más bonitas, ¡nuestras recetas son infinitas! De hecho, hay numerosas tradiciones culinarias regionales, por lo que resulta imposible presentar la cocina francesa en un solo plato: cada región tiene su experiencia, cultura y productos locales.

Galettes saladas o dulces, disponibles en más de 200 recetas diferentes en Bretaña, chicons au jambon (endivias envueltas en jamón) y queso Maroilles en el Norte, magret de canard (pechuga de pato) y foie gras en el suroeste, raclette y tartiflette en los Alpes, choucroute y Flammeküeche en Alsacia, bouillabaisse y soupe au pistou (sopa provenzal de verduras) en la Provenza, caracoles y coq au vin en Borgoña... El único elemento común en las mesas de estas diferentes regiones es el pan. La famosa "baguette tradition", que no se encuentra en ningún otro lugar. Ya sea la original (miga blanca) o personalizada según los gustos (con sésamo, cinco cereales, masa madre...), son muy pocas las comidas que prescinden de este pan tan querido por los franceses. Porque el pan forma parte integral de lo que aquí llamamos "productos del terruño", como el queso, el vino o la carne. Todos ocupan un lugar especial en la cocina y en el corazón de los franceses, quienes, a pesar de una ligera tendencia global hacia la uniformidad en los hábitos alimentarios (especialmente con la comida rápida y los sándwiches), no están dispuestos a separarse de ellos.

Para los restaurantes en París, recomendamos la cocina creativa de Chez Francis con vistas a la Torre Eiffel, el restaurante más antiguo de París Le Procope o una romántica cena en el Sena.